martes, 11 de diciembre de 2007

el viaje de la vida


en la intención de la viajera nunca estuvo el ser testiga de cosas inenarrables. pensó, como tod@s, que todo sería fácil, casi infantil,rutinario, a veces hasta aburrido, que todo lo que había oído era cierto, que nada de lo que le habían escondido tenía fundamento, que aquellos misterios y amenazas eran un error de cálculo inventad@s para otr@s.
en su diario, la viajera llevaba un exhaustivo relato de lo que había visto, muchas veces tergiversado por ella misma, muchas veces inventado.
pero otras tantas muchas, lo que a veces releía, le recordaba lo que era verdad, lo que había querido olvidar, lo que muchas veces había obviado.
y ya ni siquiera podía llorar.
para bien, porque ya no quería.
para mal, porque sabía que como testiga no era fiable.
no contemplaba ir al medic@, el lexatín lo podía encontrar en el barrio sin tener que contarle nada a nadie.
de este modo para el secreto que perpetuaba vidas que no son vidas, sólo quedaba un camino:
agotarse.

1 comentario:

Brenda Rodríguez dijo...

qué alegría tenerte de regreso, se te extrañaba mucho guapa.

besos